Yo de mi barrio era la piba más bonita,
en un colegio de monjas me eduqué
y aunque mis viejos no tenían mucha guita
con familias bacanas me traté.
Y por culpa de ese trato abacanado
ser niña bien fue mi única ilusión,
y olvidando por completo mi pasado,
a un magnate entregué mi corazón.
Por su porte y su trato distinguido
por las cosas que me mintió al oído,
no creí, que pudiese ser malvado
un muchacho tan correcto ...